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Criticar a Punset

En el mediocre mundillo de los divulgadores científico de este país y demás gente de mal vivir, el tuerto es el rey o dicho de otro manera, destaca un hombre de aspecto parecido a un abuelito bonachón llamado Eduardo Punset. El currículum de este señor es tan extenso como los años que carga en sus espaldas. Se ha movido en terrenos muy distintos desde la política, hasta el periodismo pasando por la economía en diversos países y diferentes instituciones internacionales.

Eduard Punset

A pesar de su efímero paso por la política, Punset llegó a ser popular cuando ya tadullito pensó en retirarse apaciblemente haciendo un programa de ciencia en la cadena de televisión nacional que menos ven los españoles. ¿Quién iba a pensar que este hombre fuera a tener popularidad? Pues sí, lo consiguió, no me digan cómo.

La fama y el reverso de la fuerza

Desconozco mucho de la trayectoria televisiva de Punset ya que no es que viera mucho su programa de la 2 «Redes«. De vez en cuando, me he sentado delante de la tele para ver sus entrevistas. Siempre lo vi con cierto escepticismo, sobre todo por algunas de las preguntas raras que suele hacer, esas que me hacen cambiar de canal. Sin embargo, hay que reconocer el buen trabajo que hay detrás, con muy buenas explicaciones que te permiten entender algo más de lo que están tratando en la entrevista. Por otro lado, hay que felicitar a todo el equipo de «Redes» por ser pioneros en España a la hora de ir a buscar a científicos por todo el mundo para que hablen desde su lugar de trabajo de lo que están haciendo (y encima hacerlo en inglés toda una proeza para un español). Esos entrevistados forman una selección de lo más variopinta en la que encontramos a algunos de los mejores científicos del mundo en distintas áreas científicas.

Pero la fama, que no la indiferencia, está unida a las críticas negativas, los rumores y las habladurías. Así es cómo Punset, que se ha vendido así mismo igual que si fuera una marca,  hasta tiene su productora (curioso cuantas han nacido bajo el amparo de RTVE) le han colgado motes,  chascarrillos, parodias, esperpentos, calificativos e historias de lo más rocambolescas; a veces pareciera que fueran clavadas en su calva con saña.

En algunos foros y blogs Eduard se ha convertido en objeto de tiro con diana incluida. El otro día sin ir más lejos me encontré con una detallada biografía del «gachó» en la que poco más que lo culpaban del hambre en el mundo, de la crisis, las guerras y la peste bubónica. Esta exagerada fobia punsetiana se puede comprobar si uno pone ese nombre en un buscador de internet.

Punset Enemigo Público number one

Destaca entre los detractores de Punset el cada vez más potente grupo escéptico español, siempre pendiente en nombre de la Ciencia, por el bien de todos nosotros, de definir el límite entre el bien y el mal, la razón y la irracionalidad, lo correcto e incorrecto. A mi esto de los grupos me da un poco de urticaria y escepticismo. Punset por escéptico = escepticismo al cuadrado.

Para muestra un botón. Tenemos la crítica del celebérrimo escéptico Mauricio José-Schawarz en su campaña por un «Mundo Libre de Punsetes y demás bichería  pseudocientífica canalla»

Schawrz que teje redes sociales igual que un hiperactivo spiderman del ciberespacio contesta en «formspring» a alguien que pregunta por qué critican a Punset:

1) Por su autopromoción: él es más importante que la ciencia y los científicos. (Ahh, aquí el único que se autopromociona y se da autobombo es Punset. El resto de los divulgadores son gente anónima que desconocemos a pesar de que intentan colar sus posts y fotos en cualquier recoveco del ciberespacio). Pobres científicos, especialmente los becarios precarios.

2) Tiene una comprensión bastante limitada de algunos aspectos de la ciencia, pero presenta sus interpretaciones erróneas como verdades invocando a la ciencia. (Claro, ya sabemos que quién hace ese comentario está capacitado por sus amplísimos conocimientos y premios científicos en hablar de lo que no puede hablar Punset. ¿Schwarz no es fotógrafo?).

3) Junto a la ciencia presenta y promueve todo tipo de charlatanería, desde Uri Geller hasta los más estrafalarios exponentes del New Age, desde la acupuntura hasta la «inteligencia emocional», con lo que desinforma al público que, precisamente, no sabe diferenciar entre ciencia y pseudociencia (Al margen de las salidas de tiesto del Punset hacia los terrenos esotéricos, lo de inteligencia emocional es ¿pseudociencia?, entrando en la psicología que podemos definir por lo que es científico o no es científico, por qué está tan seguro en esa pueril clasificación).

4) Mantiene un negocio basado en el tema de la «inteligencia emocional» ofreciendo, con su familia, «apoyo psicológico» a empresas privadas, por lo cual no asume ninguna posición crítica con esta pseudociencia en particular. Más de lo mismo.

5) Despilfarra grandes cantidades de dinero público en un programa absolutamente mejorable, que podría dedicarse a la ciencia y no a su autoexaltación, además de que es un pésimo entrevistador. (Bueno, ya estáis vosotros para decir cómo se debe usar el dinero público con las alucinantes jornadas «científicas» en Universidades, de verbo ágil y léxico pulcro y novedosas maneras de llegar al público ¿no?).

Ni que decir tiene que otras cabezas divulgadoras que han sobresalido como la de «Muy Interesante» también se ha llevado buenos palos por su falta de «rigurosidad».

Y a mí, que ya llevo escribiendo más de una hora sobre este estúpido tema, me aburre y asquea todo esto. Saturado en  un patio de niños empollones y gritones demostrando delante del profe quién es el más listo o en un corrillo de viejas interrumpiendo sus rezos para atacar a la  desvergonzada jovencita.

La Ciencia «rigurosa», la pura, la de paper de revista hiperespecializada que por ahí muchos dicen defender, no hay quién la entienda, igual que la ingeniería, llena de trampas y conocimiento difícilmente comprensibles, cuando no es paja de relleno,  por gente que no tiene la formación suficiente (como mínimo una formación académica equivalente a unos cuantos años de Universidad en un campo determinado). Lo ridículo es oír lo de divulgación rigurosa en casos dónde el parecido entre el original y la copia resumida es pura casualidad o llenarse la boca con lo de rigurosidad y atacar a los que llaman charlatanes sin escribir una sola fórmula científica.

Es preferible ganarse la vida con un trabajo humilde y  honesto en vez de ir contando cuentos chinos.

¡¡Anda y que os den!!!

Disculpe, el que lea esto, por mi arranque de ego-retuitero.

PD: a este paso Punset se va a convertir en deporte nacional por la gran cantidad de actividad que genera.

  1. Ernesto
    22 noviembre 2018 a las 17:38

    Solo a un analfabeto funcional e incompetente integral se le ocurre decir que la divulgación científica y la apertura a nuevas propuestas científicas son una estupidez. Con independencia del curriculum y la trayectoria profesional no podemos negar que gracias a Punset mucha gente en este país se ha interesado por la ciencia y ha descubierto que esta no es un campo acotado a unos pocos autodenominados científicos puros. Porque si hay algo que ha dejado claro la ciencia contemporánea es que no hay nada puro ni objetivo de echo la mayor parte de lo que denominas ciencia pura y superespecializada no es sino un tipo de reduccionismo desfasado que solo tiene en el mejor de los casos una aplicación en la mejora tecnológica y dado que tus escasas luces conviene recordarte que existe una clara diferencia entre ciencia y tecnología.

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