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Programa del 16 de marzo de 2012

Nuevamente otro viernes en la emisora de «esRadio-Gran Canaria» para hacer el que ha sido programa número 25 de la décima temporada, camino de los 100 en el cómputo total de nuestro paso por esta casa.

Con bastante retraso sobre la hora acordada fueron apareciendo Luis y Juan Alberto, este último algo cansado por el curro que se había metido con su reportaje. Comprobación de conexiones;  transferencia de archivos;  impresiones zum zum…  todos a sus puestos y comenzamos a andar.

Antes de comenzar con lo planificado nos cogió de sorpresa la aprobación en Madrid de las prospecciones petrolíferas en los fondos submarinos a 60 kilómetros de Fuerteventura y Lanzarote. La explotación de las posibles bolsas de hidrocarburos que se puedan encontrar cuentan con la oposición de una parte importante de la población canaria que teme los posibles vertidos al mar de consecuencias nefastas para los ecosistemas marinos y la principal fuente de riqueza de Las Palmas, el turismo. El Presidente del Gobierno Canario, Paulino Rivero, convocó una rueda de prensa en Fuerteventura para mostrar su rotunda oposición a lo aprobado por el Partido Popular, con el ministro Soria como principal abanderado de la causa.

Paulino Rivero

Paulino Rivero dio una rueda de prensa en Fuerteventura nada más enterarse de que el Gobierno español permitía las prospecciones petrolíferas a pocos kilómetros de las costas canarias.

Giordano Bruno

Giordano Bruno

Tras el breve comentario sobre el inicio de la búsqueda de petróleo cerca de Canarias, proseguimos con nuestra hoja de ruta retomando la serie «Libros Malditos» con Juan Carlos Saavedra que en esta ocasión no nos habló de un texto concreto sino de una persona, Giordano Bruno, el astrónomo y filósofo italiano cuyas ideas revolucionarias lo condenaron a la hoguera, de ahí su condición de maldito.

El siguiente punto de recalada fue una feria que se celebró en la zona del Puerto de Santa Catalina. FIMAR, la Feria Internacional del Mar, reunió entorno a la Plaza de Canarias, uno de los lugares más céntricos de Las Palmas de Gran Canaria, a empresas privadas e instituciones públicas que desarrollan actividades relacionadas con el mundo marino. Miles de personas pudieron disfrutar con esta fiesta en la que el ocio, la ciencia, el deporte, la tecnología fueron los temas de los stands y exhibiciones. Juan Alberto dejó guardado con esta colección de sonidos algunos de los contenidos de FIMAR. Especial atención fue la que le dedicó a unas investigaciones realizadas por científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre el volcán de El Hierro.

FIMAR

Plaza de Canarias con las carpas de los participantes.

Sí, con poco tiempo, ¡qué rápido pasa en la radio!, José Crespo al que le tenemos que agradecer la paciencia que muestra siempre al final del programa y gestionando su escaso tiempo (casi sobre las señales horarias) con una eficiencia del 100%, volvió, en su repaso semanal de la actualidad económica y política, al desastre de Grecia.

Sin más que contar y sin muchas ganas de celebraciones, por eso del programa número 25,  nos fuimos a casa, no sin antes dar nuestro paseo habitual con el  que proseguimos el programa ya sin micros y con menos oyentes (bueno eso creemos). Esto del post-Aleph es igual que lo que hacen los submarinistas cuando tienen que someterse a una tiempo de descompresión. Después de una hora de carreras, hay que ir parando poco a poco.

Por cierto, un consejo, escuchen menos la radio y dejen de perder tanto tiempo con esto de internet y las redes sociales. Esas cabesiiitas.. como dice Salvador Freixedo, cuídenlas más.

«El Aleph», en «esRadio-Gran Canaria«, los viernes de 18-19 h (UTC).

Descargar programa.

Programa del 2 de marzo de 2012

El protagonista del programa de hoy ha sido José Crespo que vuelve  al  estudio de «esRadio-Gran Canaria» por segunda vez consecutiva. Las malas noticias han cargado las baterías de José tanto como para fijar sus objetivos en los puntos más frágiles del gobierno presidido por Mariano Rajoy. Con disparos certeros ha ido destrozando la farsa montada por el PP y de paso ha bombardeado la chapuza de esta pseudodemocracia causante del mayor descalabro que ha vivido el país en mucho tiempo. El futuro pintado por José es catastrófico y lo peor es que seguirá igual o peor si no se produce una depuración total de la fracasada clase que ha liderado la marcha de España durante estos últimos 30 años. La solución está en la organización de la sociedad, de abajo hacia arriba, capaz de realizar la depuración necesaria y restaurar el estado tras acabar con la crónica corrupción que ha minado sus bases. José quiso dejar claro que el principal problema reside en esa clase dirigente que opera en función de su supervivencia y privilegios.

Tras el mensaje contundente, directo y sin pelos en la lengua de José Crespo, dimos un brusco giro hacia la ingeniería aeroespacial. Escuchamos la entrevista a Fernando Aguado, ingeniero de la Universidad de Vigo que ha dirigido el proyecto Xatcobeo, el primer satélite gallego.

Y finalizamos con un kiosco de menos revistas de lo habitual, el tiempo da para lo que da. Agradecer como siempre a Lorena Sánchez (redactora jefe de «Quo»), Ángel Gómez (director de «AstronomíA») y Miguel Pedrero (redactor de «Año Cero»).

Fuera de anterna, proseguimos el programa, hoy sin Luis Domingo, en la calle tomando unas birras y unas tapas de pescado y calamares mientras proseguíamos dándole vueltas a la crisis y a las mil maneras de arreglar el mundo.

Escuchar el audio del programa.

«El Aleph» en «esRadio-Gran Canaria«, los viernes (18:00-19:00 (UTC)).

Expedición Malaspina 2010

15 diciembre 2010 1 comentario

El 30 de julio de 1789 partió de Cádiz la expedición científica de Malaspina alrededor del mundo. 204 hombres se embarcaron de las dos corbetas Atrevida y Descubierta, construidas para la ocasión. El marino español de origen italiano, Malaspina era un experto capitán de fragata que conocía todos los océanos del mundo. Ya había participado en varias travesías marítimas con el objetivo de hacer estudios científicos entre 1782 y 1789. Esto le hizo pensar en un viaje más ambicioso que emulará a las expediciones del británico Cook, travesías estas que luego tendrán su continuación en otros grandes proyectos científicos como el del HMS Challenger entre 1872 y 1876 (una de las misiones científicas más significativas para la oceanografía moderna).  Los objetivos científicos marcados en la expedición española  fueron: hacer observaciones astronómicas, levantar cartas hidrográficas, anotar coordenadas geográficas y explorar costas poco conocidas. También tenía entre sus objetivos hacer estudios socioeconómicos de las colonias españolas en América. Un grupo de científicos formaron parte de la tripulación. Entre ellos cabe destacar Antonio Pineda, militar y naturalista guatemalteco, el naturalista francés Luis Née, el naturalista alemán T. Haenke y el marino y científico Tello.

Alejandro Malaspina

Parten hacia el Birreinato del Río de la Plata, recorren el litoral de la Patagonia, pasan por las Islas Malvinas y Tierra de Fuego. En 1790 atraviesan el Cabo de Hornos y recortan la costa americana por el Pacífico (Chiloé, Valparaíso, Isla de Juan Fernández, El Callao, Lima Guayaquil y Panamá). Más tarde llegan a Acapulco y desde allí las dos naves siguen por América del Norte hasta llegar a Alaska. Desde allí, la expedición pone rumbo a Filipinas y los archipiélagos de Oceanía. Regresan desde allí a España, pero por América, sin dar la vuelta al mundo.

Como otros grandes personajes de la Historia española, Malaspina al finalizar el viaje el 21 de septiembre de 1794, no saborea los frutos de su laborioso trabajo. Todo lo contrario,   a pesar de ser ascendido a Brigadier. No le durará mucho su alegría ya que Godoy poco después lo arresta y lo encarcela en el Castillo de San Antón.  Al parecer no gustaron sus informes sobre las reformas que Malaspina necesarias en las posesiones españolas en América. Un desencantado Malspina conspiró contra Godoy lo que le sirvió para dar con sus huesos en la cárcel.  7 años permanecería en las frías mazmorras de San Antón hasta que en 1802 es desterrado a su Italia natal donde muere en 1810.

 Malspina 2010

Doscientos años después, un grupo de científicos españoles pretende seguir los pasos del brigadier italiano. El CSIC, la Armada Española, La Fundación BBVA y distintas universidades españolas organizan esta ambiciosa campaña en la que participarán unos 400 científicos y dos buques oceanográficos: Hespérides y Sarmiento de Gamboa.  Inicialmente será el Hespérides el barco con el que se harán los primeros transectos. Más tarde, en enero de 2011, se sumará el Sarmiento de Gamboa que realizará una trayectoria más corta entre Las Palmas de G.C y Santo Domingo. Las investigaciones durarán siete meses y el principal objetivo de las mismas será el conocimiento del llamado cambio global y la biodiversidad del océano. Para ello, un equipo multidisciplinar tomará diferentes datos que luego servirán para futuros estudios. Las variables que se registrarán son: salinidad, concentración de nutrientes, intercambio de gases entre océano y aire, distribución del dióxido de carbono, diferentes sustancias químicas y diversidad y metabolismo de zooplancton y fitoplancton y de los organismos abisales. Se tomarán más de 70000 muestras en 350 puntos desde la superficie hasta 5000 metros de profundidad. Además se lanzarán 19 boyas Argos que podrán medir la salinidad y temperatura del océano desde la superficie hasta una profundidad de 2000 metros. Otras 20 boyas harán lo mismo pero en superficie. Con los datos que recojan, transmitidos vía satélite, se hará un mapa de la distribución de salinidades.

Buque oceanográfico Hespérides

Además participan científicos extranjeros procedentes de instituciones tan prestigiosas como la NASA, la ESA y la Universidad de California.

6 millones de euros es el presupuesto con el que cuenta.

Partieron hoy de Cádiz, con el beneplácito de las ministras de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y la de defensa, Carme Chacón. Dejan un país que como 200 años antes, está en las vísperas de una debacle. Por aquel entonces, llegaría la ocupación napoleónica y la independencia de las colonias americanas. En esta ocasión, los invasores llegan de la mano del capital y el Estado se debate entre la vida y la muerte. Ante tanta mala noticia, la “Expedición Malaspina 2010” pone una nota de esperanza en la dura realidad española. Un proyecto a la altura de un país desarrollado que deberá seguir apostando por la ciencia y la tecnología si quiere salir del atolladero en el que se encuentra.  A los tripulantes del Hespérides les espera un duro trabajo. Circunnavegarán el planeta haciendo escala en  Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Perth, Sidney, Auckland, Honolulú, Panamá y Cartagena de Indias, para terminar en julio de 2011 en Cartagena.

Para más información:

http://www.expedicionmalaspina.es

Sabotaje en la ciencia

Heather Ames

El Postdoc Vipul Bhrigu destrozó el trabajo científico de una compañera para evitar que se le adelantara. Todo ocurrió en el Centro Universitario de Comprensión del Cáncer en Michigan. Bhrigu saboteó meticulosamente y sistemáticamente el trabajo de Heather Ames, una estudiante graduada. Manipuló sus experimentos y su medio de cultivo celular. Gracias a una cámara escondida, se pudo descubrir la mala intención del compañero de Heather que confesó su delito al policía de la Universidad. En el juicio, Bhrigu declaró que la presión al que estaba sometido  le había obligado a entorpecer y ralentizar el trabajo de Ames.  Más tarde se arrepintió por lo que fue un acto amoral.

Esta acción no parece un acto aislado o único en la ciencia, si bien no hay muchas evidencias para afirmar que es algo normal. Sin embargo, información recabada hablando con postdocs, estudiantes graduados y expertos en malas conductas profesionales sugiere que este tipo de delitos suceden en cualquier sitio pero la mayoría de los casos no son denunciados. Estos actos tienen un efecto muy nocivo sobre la ciencia y los científicos. Destruye la confianza necesaria para la realización de proyectos y el avance científico.

Bhrigu con su esposa en una ceremonia de doctorada de la Universidad de Toledo

No existe tampoco una manera de prevenir estas conductas, ni los centros de investigación ni las universidades parecen preocuparse por su erradicación. En Estados Unidos, los organismos federales que asignan fondos para la investigación no las contemplan como delito ya que dentro de las infracciones no incluyen el sabotaje, en cambio si lo hacen con el plagio o la falsificación de pruebas. En el caso que nos ocupa, la Universidad de Michigan colaboró con la policía gracias a la persistencia de Ames y su supervisora, Theo Ross.

Crónica de un sabotaje

Ames empezó a notar que su doctorado se hacía cuesta arriba el 12 de diciembre de 2009.  El asunto es que esta chica estaba esforzándose en sus investigaciones sobre un receptor del factor de crecimiento epidérmico, una proteína relacionada con algunos tipos de cáncer. Su trabajo rutinario consistía en usar el método de “Western Blot” para el análisis de proteínas en las muestras. Todo transcurría normalmente hasta que un día vio que el patrón de bandas, que esperaba encontrar en uno de sus habituales experimentos, apareció con el orden cambiado. Cinco días más tarde volvió a ocurrir lo mismo. Ames pensó que estaba cometiendo un error, pero era el mismo tipo de error el que se había vuelto a repetir. Entonces se empezó a preocupar porque la única explicación que encontró fue que por una extraña razón las tapas etiquetadas de sus cultivos celulares habían sido cambiadas de posición. Una mano negra estaba saboteando sus experimentos. Enseguida pensó como averiguar lo que estaba pasando. Directamente escribió sobre la base de las placas el código que identificaba a cada cultivo celular.

Pero los problemas no se acabaron ahí. Otro día,  volvió a encontrarse con otro percance en sus análisis. Una proteína inesperada había aparecido. Todo se podía deber a otro desafortunado error. Pero nuevamente, volvió a obtener el mismo tipo de error.

Ames empezó a sospechar de los compañeros de laboratorio y eso hizo que se pusiera muy nerviosa. Los análisis los tuvo que hacer de noche. No tenía pruebas para demostrar lo que ella creía que estaba pasando y sus amigos empezaron a pensar que estaba paranoica.

A pesar de la enorme competitividad que existe dentro de algunos laboratorios donde el investigador principal azuza a los postdocs para que luchen unos contra los otros, aquel lugar no pasaba por tener esos problemas. Era un laboratorio pequeño, en aquel tiempo sólo había estudiantes y algunos licenciados junto a la directora, Catherine Oravecz-Wilson. Además, también había un posdoct llamado Bhrigu, un indio que se habia incorporado a aquel centro de trabajo en abril de 2009. Su historia en Estados Unidos se remonta al año 2003. Un joven estudiante de doctorado llegado de la India quería acabar exitosamente su doctorado en la Universidad de Toledo, Ohio, bajo la dirección del experto en Cáncer, el biólogo James Trempe. Bhrigu era un estudiante normal que hacía bien su trabajo, de un carácter afable y hasta simpático. Incluso Ames no sospechó en un principio de Bhrigu, ya que le caía bien. Pero ella cambiaría su forma de pensar más adelante.

El sábado 28 de febrero de 2010, la investigadora volvió a toparse con lo que pensó que era otro intento de manipulación de su trabajo. Estaba cambiando el medio de sus células cuando vio que algo no iba bien. El contenido de una de las placas se había salido fuera sin que hubiera una causa aparente para que eso fuera así. Examinó la botella que contenía el compuesto con el que hacía el cultivo celular y descubrió unas ondulaciones traslucidas, como las que aparecen cuando le añades wisky al agua. Eran perfectamente visibles en aquel medio rojo. Al acercar su nariz  a la botella capto el olor del alcohol. Esa era la prueba que necesitaba para definitivamente probar que no eran sus errores lo que estaba dificultando sus investigaciones sino las acciones de alguien que por alguna razón entorpecía su trabajo.

Inmediatamente se comunicó con Ross convencida totalmente del sabotaje. Ross olió el frasco y aunque su olor no era el que tenía que tener, no sabía lo que pensar. Lo más duro de este asunto es que Ross de quién primero sospechó fue de la acusadora. Aquello le parecía una historia inventada por la misma Ames para justificar los problemas que estaba teniendo en su investigación. Ante la creciente persistencia de las denuncias que Ames hacía, a Ross no le quedó más remedio que trasladar el problema al departamento universitario competente en este tipo de asuntos. Para desesperación de Ames, dos nuevos casos de adulteración con alcohol del medio de cultivo se habían producido. Mientras tanto los encargados de dar carpetazo a algo que no habían visto antes, le pasaron el muerto a la policía de la universidad. Lo primero que hicieron fue investigar lo que estaba pasando en aquel laboratorio y empezaron por Ames. La sometieron a un duro interrogatorio y luego le hicieron la prueba de la máquina de la verdad.

Finalmente, la policía decidió proseguir con sus investigaciones dadas las convincentes declaraciones de la principal sospechosa. Colocaron un par de cámaras en el laboratorio, una en la habitación en la habían aparecido los análisis erróneos y otra encima del refrigerador donde Ames guardaba sus medio de cultivo.  Eso ocurrió a la 4:00 a.m. del sábado 18 de abril. Ames, fue a trabajar ese día hasta las 5:00 p.m. El lunes por la mañana sobre las 10:15, encontró que alguien había vuelto a echar alcohol en la botella que contenía el medio de cultivo.

Cuando Ross examinó el video grabado con Richard Zavala, el oficial asignado al caso, dijo que su corazón le dio un vuelco. A las 9:00 a.m del lunes, Bhrigu entró en la habitación y sacó el medio de cultivo que iba a usar ese día. Luego, volvió nuevamente al frigorífico con una botella para dispersar etanol como la que se suelen usar en la limpieza de laboratorios. En la imagen aparecía durante 46 segundos dando la espalda a la cámara y haciendo algo en el frigorífico. Ross no sabía qué, pero no parecía nada bueno.

Zavala, una vez que detuvo a Bhrigu, lo interrogó  en el departamento de policía. El joven indio no tardó mucho en confesar lo que había hecho. Había saboteado el trabajo de Ames desde el mes de febrero, pero negó que lo hubiera hecho antes (esto deja sin explicación lo acaecido en los meses de diciembre y enero).

Motivos de mala conductas

 Las malas conductas no es nada nuevo en la Ciencia, pero no es fácil saber con qué frecuencia se producen. Daniele Fanelli de la Universidad de Edimburgo, investigador de malas conductas científicas, piensa que este tipo de comportamientos son raros, pero otras formas de incidencias o sabotajes son más frecuentes. Según este especialista en el tema, muchas de estas manipulaciones no se pueden captar con una cámara. Ejemplos claros de conductas maliciosas que pueden ser tan dañinas como la manipulación de un experimento y hacer peligrar la carrera de un investigador pueden ser: malintencionadas revisiones de artículos antes de ser publicados, cartas de falsas referencias… Son algunas de los actos cuestionables que parecen estar muy extendidas pero que no han sido consideradas técnicamente como conductas deplorables. Fanelli en un análisis sobre estas malas conductas ha llegado a ponerle números. Según su estudio, una tercera parte de los encuestados admite haber caído en esa violencia de laboratorio y un 70% dice haberlo observado.

La explicación para todo esto puede ser la competitividad existente dentro de la jerarquizada Ciencia. Puestos académicos, publicaciones en revistas prestigiosas, subvenciones, becas.. son posibles gracias a salir ganador en la lucha por esas metas. Para alcanzarlas sólo debes ser mejor que el resto de los competidores. Algunos especialistas creen que este serio problema se debería solucionar no mediante el castigo sino intentando educar y rehabilitar a aquellos que caigan en el “lado oscuro de la Ciencia”.

Pero retomando la línea de este asunto…  ¿qué causó el vandalismo de Bhrighu? Él y Ames no era competidores directos dentro del laboratorio. La jefa del grupo, Ross, estaba muy centrada en el trabajo pero no se preocupaba del stress al que estaba sometido el personal que tenía bajo su cargo.  El postdoc indio dijo que se sintió presionado al desplazarse desde la pequeña universidad de Toledo a la Universidad de Michigan. Se sintió frustrado al recibir críticas de Ross por su falta de preparación y sus hábitos de trabajo. Se sintió presionado y empezó a sentir celos de sus compañeros. Su intención era alcanzarlos entorpeciendo su trabajo.

Y llegó el día del juicio

La sentencia del juicio condenó al posdoct indio a pagar  unos 8800 dólares por los materiales experimentales y reactivos, más 600 dólares de gastos del juicio y de la multa. A esto se le sumaba,  6 meses de libertad condicional en los que tendría que hacer 40 horas de trabajos para la comunidad y pasar por una evaluación psiquiátrica. Este castigo era muy indulgente con el acusado ya que lo que pedía Ross, la denunciante, incluía el sueldo entero de Bhrigu (que es la mitad del de Ames), 6 meses de salario para contratar a un técnico que ayudara a la afectada por el incidente, y que pagara un cuarto de los reactivos del laboratorio.

El juicio sería pospuesto hasta septiembre y los cálculos de la posible sanción hechos por el tribunal creció hasta los 72000 dólares. Pero antes de que tuviera lugar ese juicio, Bhrigu se marchó junto con su esposa a la India.

Una nueva vista fue programada para octubre. A la sanción anterior se le sumará la violación de la libertad condicional de Bhrigu. Ross está contenta de que esta mala experiencia haya terminado. Ahora cuestiona seguir con su programa de investigación. Debe revisar todo el trabajo hecho por Bhrigu en el laboratorio y está afectada por el tratamiento que le dio a Ames al principio, cuestionando su comportamiento. Explicó que los encargados de cada grupo deberían ser más humanos y preocuparse más por estos problemas. También urge al resto que hablen en voz alta de este tipo de sucesos.

Bhrigu tras declarar su culpabilidad en junio, se fue a trabajar a la Universidad de Toledo. Cuando Ross llamó a su jefe para hablarle de lo que había hecho su antiguo colaborador, se sorprendió al saber que lo había vuelto a contratar. Bhrigu explicó que se había ido de Michigan por desavenencias con Ross. A pesar de todo lo ocurrido, Bhrigu estuvo allí hasta julio, fecha en la que se produjo el primer juicio.

Ahora Bhrigu vive en la India y poco se puede hacer para que no trabaje en otro laboratorio o centro científico, incluso si estuviera en Estados Unidos ya que en las leyes no se contempla castigar a un científico por su malas acciones dentro de un laboratorio, a pesar de que todos los científicos sepan definirlas.

Por su parte Ames, cuyo trabajo se ha visto atrasado unos 6 meses, acabará su doctorado en primavera, pero está muy afectada por lo sucedido. Cuestiona seguir con ese trabajo al ver como sus ideales sobre la cooperación en grupo han sido destrozados.

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Programa del 9 de octubre de 2010

Volvemos a la radio tras un largo parón. En este primer programa de la novena temporada empezamos con una reunión entre todos los que van hacer posible, un año más,  «El Aleph». Se han incorporado algunos colaboradores que añadirán mayor variedad e interés a los contenidos del programa.

Nuestro tema principal de hoy fue la civilización anasazi. Esta cultura existió en el SO de Estados Unidos. Los primeros europeos que descubrieron las ciudades de estos indios se quedaron fascinados por las construcciones que vieron. La desaparición de esta cultura es uno de sus mayores enigmas.

José Crespo puso el punto final con su habitual análisis económico y político centrado en la crisis.

«El Aleph» puede ser escuchado en la red de emisoras de «esRadio» en Gran Canaria o en la web: www.avenidafm.com, todos los sábados de 12-13 h (GMT +1 en horario de verano).

Puedes descargar este programa en: http://www.cienciamisterio.com/es/09-10-10.mp3

Precariedad en la Noche de los Investigadores

25 septiembre 2010 2 comentarios

Ayer tuvo lugar en Las Palmas de G.C en la Plaza de Santa Catalina, en una zona frente al Museo Elder, la llamada «Noche de los Investigadores: cena con la ciencia», un evento que también se celebra en otras ciudades europeas con el fin de poner en contacto a la ciudadanía con la ciencia.  La Universidad de Las Palmas de G.C, la empresa Global y la Caja de Canarias pusieron especial interés para que la tarde-noche del viernes fuese lo más amena posible. Las charlas y talleres entretuvieron a niños y  a mayores permitiendo que al menos durante un día, algunos investigadores salieran de sus «garitos» con la intención de dar a conocer su trabajo. Los asistentes aprendieron algo más sobre botánica marina, acuicultura, bioquímica, ingeniería, aeromodelismo…

Pero además también se pudo ver de cerca, fuera de programa claro está, la precariedad de los científicos españoles. Hasta mis manos llegó un pequeño panfleto en el que se denunciaba la situación de un grupo de trabajadores del Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM).  Explicaba el texto que el centro cuenta con una plantilla fija de 12 funcionarios. El resto se compone de personal investigador cuyo puesto de trabajo es irregular, así es como lo califican.  Son unas 40-50 personas. Dependen, en el mejor de los casos, de becas o contratos temporales asociados a proyectos. La precariedad  hace que sean muchos los que abandonan el ICCM con la idea de encontrar algo más estable y mejor remunerado. Sus puestos son cubiertos por otros jóvenes recién licenciados con muchas ganas de progresar en sus carreras científicas. Este caso paradigmático en nuestro país se ha estandarizado como norma general de trabajo sin que hasta ahora poco se haya hecho para remediarlo.  

Algunos de estos científicos del ICCM, cansados de la penuria y  acuciados por la nuevas normas marcadas por la «Agencia Canaria de Investigación y Sociedad de la Información»  (ACIISI) han decido alzar su voz y decir basta.  Lo primero que han hecho es interponer una demanda para que se reconozcan sus derechos laborales tras muchos años en los que han ejercido su labor ilegalmente en el ICCM. La respuesta no se ha hecho esperar.

Instalaciones del ICCM

El ACIISI ha expulsado a 4 de los trabajadores para ejemplo y escarmiento del resto de los «abotinados» que es de esperar sigan el mismo camino cuando se acabe el plazo de los proyectos que están realizando (a todo esto hay que decir que todos trabajan como autónomos). A los contratados por el ACIISI o la Fundación Universitaria se les cesa una vez terminen sus contratos. El castigo por la osadia de este grupo de chicos acaba con una especie de destierro al ser considerados personas conflictivas para la Administración.

La nota informativa concluye poniendo en evidencia que la misma situación se repite en otros centros de investigación y entre los mismo compañeros del ICCM, que debido a amenazas y miedo a perder sus trabajos precarios no se atreven a denunciar.

Díficil lo tendrán estas personas para continuar viviendo en Canarias, al menos de la ciencia,  si finalmente su denuncia cae en saco roto.